Premian los valores de grandes empresas familiares andaluzas

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La Cátedra BBVA de Empresa Familiar del Instituto San Telmo entregaron el pasado 5 de julio sus premios Familia-Empresa a 11 compañías de Andalucía y Extremadura, entre ellas, la granadina Industrias Espadafor.

 

La mayoría de las empresas mundiales son familiares y suelen tener una vida mayor que aquellas que no lo son por cultura económica, personal y sus valores. El Instituto Internacional San Telmo y BBVA homenajean cada año a un grupo de empresas familiares andaluzas que tienen una amplia trayectoria a sus espaldas y numerosos planes de futuro, haciendo además especial hincapié en su crecimiento y diversificación a través de las distintas generaciones de la misma familia. Ambas instituciones entregaron la pasada noche del 5 de julio, en la sede de San Telmo en Málaga, los premios Familia-Empresa que otorga la Cátedra BBVA de Empresa Familiar y que este año fueron para Grupo Hermanos Aznar de Almería, Conesa de Badajoz, Grupo Laura Otero de Cáceres, Montesierra de Cádiz, Coreco de Córdoba, Industrias Espadafor de Granada, Agrícola El Bosque de Huelva, Grupo Health Time de Jaén, Grupo La Canasta de Málaga, Tecade de Sevilla y Campanas Rivera de Cáceres.

Juan Cano, presidente de la Cátedra BBVA de Empresa Familiar y patrono de la Fundación San Telmo, fue el encargado de abrir el acto y destacó su «enorme satisfacción por la evolución, trayectoria y consolidación en el mundo empresarial» de estas compañías. «Sin valores no hay empresa y en la empresa familiar es muy necesario porque debe haber un equilibrio enorme entre el factor humano y el económico», añadió. 

Tomó el testigo José Ballester, director territorial sur de BBVA, quien destacó que «la empresa familiar forma parte de la columna vertebral de la economía mundial» y precisó que «en España el 90% de las empresas son familiares y equivalen al 57% del PIB privado». Ballester recordó que estas compañías tienen ante sí importantes retos como «la formación, la internacionalización, la dimensión o la búsqueda de nuevos mercados sin perder sus señas de identidad, así como el de la sucesión». En este sentido, el director territorial sur de BBVA indicó que solo el 44% de las empresas familiares llegan a la segunda generación y apenas un 7% a la tercera, así como que solo el 9% de estas firmas tiene un protocolo establecido «para que predomine la razón sobre la emoción».

Isauro López, miembro del consejo de dirección del Instituto Internacional San Telmo, subrayó por su parte la importancia de las empresas familiares, sus objetivos y fue llamando a cada uno de los premiados, de los que previamente se proyectaba un vídeo con su historia. 

El primero en recibir el premio fue Francisco Aznar, consejero delegado de Grupo Hermanos Aznar, una firma de transportes almeriense que cuenta con una flota de 110 camiones y que, además, produce cítricos en unas fincas de 400 hectáreas de los que exportan 12.000 toneladas anuales. Manuel Vázquez, presidente de Conesa, fue el encargado de recibir el galardón para esta empresa de Badajoz especializada en la fabricación y comercialización de tomate en múltiples variantes que tiene varias fábricas en España, China y EEUU y factura 200 millones de euros anuales.

Eugenio Manzano, consejero delegado de la firma cacereña de energía Laura Otero, fue el tercer galardonado y acto seguido recibió el precio José Manuel Martín, presidente de la empresa gaditana Montesierra. Esta compañía fue fundada hace más de un siglo como matadero industrial de cerdo ibérico fuera de Andalucía y, tras trasladarse a Jerez, ha crecido como la espuma gracias a la adquisición de varias fábricas en Jabugo  donde producen 350.000 piezas de jamón serrano al año.

El siguiente en recibir el premio de la Cátedra BBVA de Empresa Familiar fue Joaquín López, presidente de la empresa cordobesa Coreco, una de las grandes firmas españolas en la fabricación de máquinas de frío para hostelería. Venden en 80 países y tienen medio millar de empleados. Tres directivos de la familia granadina Espadafor fueron los encargados de coger el galardón. Esta empresa está especializada en la fabricación de siropes, jarabes y licores sin alcohol, se hicieron conocidos por producir un champán para niños sin alcohol llamado Champín, y exportan sus productos a 48 países. Anunciaron que invertirán ocho millones de euros para ampliar sus instalaciones y su capacidad de producción hasta los 25 millones de botellas.

Una de las historias más llamativas fue la de la familia Velo de Huelva. Un exceso de tomates a finales del siglo XIX en Huelva llevó a Agustín Velo, el fundador de la compañía, a crear una fábrica de conservas llamada La Canastilla que exportaba sus productos a Inglaterra. En los años siguientes diversificaron hacia la producción e vino y, posteriormente, se transformó en una empresa ganadera y de corcho. En los años 90 dedicaron una parte de su finca a la plantación de moras y ahora son uno de los principales referentes mundiales en este producto que venden con la marca La Canastilla, como su fundador. Facturan 70 millones de euros al año y también se han especializado en frutos rojos.

Antonio Luna, presidente de Health Time, fue uno de los primeros en llevar los aparatos de rayos X a Jaén, mientras que Juan Antonio Camino, presidente y fundador de la firma sevillana Tecade, ha conseguido crear una empresa muy especializada en estructuras metálicas y parques eólicos marinos que cuenta con 400 empleados. Antonio Cárdenas y Dolores Vargas, consejeros delegados de La Canasta, fueron los premiados por Málaga. Esta empresa hostelera es una de las más conocidas de la capital, arrancó en 1953 y, hoy en día, tienen más de 50 tiendas a las que van un millón de clientes al mes. La Canasta, que está en continua fase de expansión, ya tiene 500 trabajadores y nuevos proyectos en marcha.

El último premiado fue el grupo de Cáceres Campanas Rivera, una empresa que lleva 168 años fabricando campanas y relojes de carillón para países de todo el mundo. Gabriel Rivera, su actual gerente, fue el encargado de recibir el premio de manos del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, que fue el que cerró el acto.

De la Torre señaló que «la cohesión familiar es clave, mantener ese espíritu de impulso» y apuntó que «el progreso de Andalucía depende de que haya una educación de calidad para que las generaciones estén cada vez más formadas».

Fuente: Malaga Hoy

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